Lo que estamos viendo estos días en los institutos de Extremadura me recuerda a lo que vimos hace más de diez años con la primera invasión tecnológica. Sus resultados jamás han sido evaluados. Sus efectos están a la vista.
En aquella ocasión me manifesté en contra de este modelo de integración de las TIC. Recuerdo que entonces vinieron dos amables inspectores (ya felizmente jubilados) a abrirme expediente informativo. Hoy me ratifico en mi opinión. Ya veremos.
¿No sería mucho más eficaz dotar a los centros en función de sus necesidades, unas necesidades fundamentadas en un proyecto educativo de verdad, no papel mojado? Claro que en ese caso estaríamos hablando de autonomía de los centros, y eso sólo vale en el papel... mojado.
1 comentario:
¡Totalmente de acuerdo, Carlos! No tiene ningún sentido repartir "café para todos" y por igual. La autonomía de los centros; una necesidad perentoria, pero muy difícil de conseguir.
Saludos cordiales.
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