Heme aquí otra vez con mi ronda de agradecimientos, tan inevitable como sincera: no se trata de cubrir expediente de cortesía alguno, se trata de sacar de dentro el sentimiento que me queda tras cerrar cada año nuestras jornadas.
Vayamos, más o menos, cronológicamente.
Gracias al CPR de Almendralejo por recoger con entusiasmo todas nuestras propuestas y no permitir que Extremadura se quede sin oferta formativa para los docentes de lenguas clásicas.
Gracias a Richard Alen (@RickyAlen), por cedernos un año más la imagen de las jornadas. Gracias a Bárbara (@TheAmbassadorsw), por el cartel y los marcapáginas.
Gracias a Rafael Marqués porque, a pesar de la odisea en que se ha convertido su presencia en Almendralejo, nos mostró su entusiasmo, su imaginación y su buen hacer en el aula. Hay que seguirle la pista este joven compañero.
Gracias a José Mª Alegre (@ars_docendi) y a Manuel I. Moreno (@teagenes) por aceptar la invitación para contar lo que hacen en sus clases, porque este es uno de los objetivos primeros que nos proponíamos al celebrar #ClásicasAlmendralejo. Los clásicos seguimos estando solos en nuestros centros; la única forma de aprender unos de otros es celebrando este tipo de encuentros.
Gracias a Marcelino Díaz por mostrarnos sus bodegas con tanta erudición como amabilidad. Como dice Mario del Río, nos juntamos en Almendralejo por estos placeres del vino, hablar de clásicas viene por añadidura.
Gracias a las autoridades y personal del ayuntamiento de Medina de las Torres por haberse desvivido para que la jornada del sábado tuviésemos todo el pueblo a nuestra disposición.
Gracias a Fernando Lillo (@LilloRedonet) por haber sacado un fin de semana de su valiosísimo tiempo para enseñarnos cómo se puede "tocar" la escuela grecorromana, de una manera tan lúdica como documentada. Fernando es, simplemente, un fuera de serie, uno de esos maestros que sí merecen pasar un tiempo fuera del aula para enseñar a los demás, el problema es que no creo que Fernando pudiera sobrevivir fuera del aula.
Gracias a Pedro Delgado por mostrar, por segunda vez después de aquel lejano 2012, las últimas actuaciones arqueológicas en Contributa Iulia.
Gracias a Ara Concordiae por poner tanto entusiasmo en la recreación del mundo clásico como investigación y documentación derrochan en cada una de sus intervenciones. No dejan de sorprendernos año tras año.
Gracias, por último, a todos los que habéis decidido pasar el fin de semana en Almendralejo. Esperamos que os haya merecido la pena y, sobre todo, esperamos que podamos vernos de nuevo el año que viene, porque eso significaría que las clásicas siguen teniendo un punto de encuentro en Extremadura.
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